¿Entrenas para la competición?

Uno de los aspectos más importantes del entrenamiento es el respeto de los principios de entrenamiento. En esta ocasión hablaremos del Principio de especificidad. Este principio consiste en realizar un entrenamiento que sea lo más parecido a la competición a la que el deportista se enfrentará.

Concretamente en el fútbol, un deporte de equipo donde se enfrentan 11 contra 11 y cada uno ocupa una posición en el terreno de juego. Por este motivo quisimos comprobar si los entrenamientos que hacemos en la actualidad se centran en la especificidad del puesto que ocupa cada jugador.

A continuación os presentamos un estudio que presentaremos en las II Jornadas Internacionales y XXIII Jornadas Nacionales de Prevención de Lesiones Deportivas de la UCAM donde analizamos el entrenamiento de los jugadores y lo comparamos con la exigencia de la competición.

¿CREES QUE ESTAMOS ENTRENANDO BIEN?

Este estudio se realiza por la inquietud que nos surge sabiendo que los jugadores tienen una exigencia en la competición diferente en función de su puesto ocupado en el campo. Tengamos en cuenta que el defensa central no realiza la misma actividad que el delantero centro y todavía menos si lo comparamos con el portero…

Existen variaciones de Frecuencia Cardíaca (FC) en función del rol posicional y del estilo de juego del equipo (Bangsbo, 1994; Reilly, 2000) durante la competición. Di Salvo, en 2008, concluye que en función de la posición del jugador en el campo la FC del mismo es diferente. Además afirma que la exigencia de la competición también marca esa variación.

En nuestro estudio analizamos el entrenamiento que se aplica a los jugadores durante la semana. El análisis se llevó a cabo durante un mes de entrenamientos. Durante ese período de tiempo analizamos la FC de los deportistas y los dividimos por puesto específico para compararlos con la competición.

Los resultados fueron sorprendentes porque ninguno de los deportistas tenía diferencias de FC durante el entrenamiento. Por lo tanto el entrenamiento afectaba a todos los jugadores por igual y en la competición necesitan exigencias diferentes. Por lo tanto no se realiza el principio de especificidad en el entrenamiento con futbolistas. La excepción la tenía el portero que sí tenía diferencias con respecto al resto de jugadores.

Después de analizar los entrenamientos y comprobar que no se entrena para la competición debemos tener en cuenta la planificación de entrenamientos específicos por puestos o roles en el terreno de juego. Es muy difícil hacer todos y cada uno los entrenamientos específicos, pero debemos separar en más de una ocasión a los jugadores y hacer los entrenamientos de forma que se entrene como se compita.

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