A pesar de que estos días de junio el calor nos ha dado un respiro, llevamos desde mayo con días de mucha y mucha calor. Para los deportistas es difícil el cambio de estación porque el cuerpo está habituado a las temperaturas de la estación anterior y los cambios generan un estrés que al cuerpo le cuesta adaptar.
¿Cuántas veces hemos sentido que queremos tirar y no podemos? El calor se apodera de nuestro cuerpo e intentamos con todas nuestras ira al ritmo que solemos entrenar, un ritmo cómodo, pero no podemos. Nos hidratamos, a ver si es que nos falta agua, pero solo hacemos que encharcarnos y no sirve de nada… Además, poco a poco las piernas se endurecen, cada vez más duras, y llega el temido momento, ¡calambres!. También pienso, quizás no he comido bien, tal vez necesito energía, y me tomo un gel. Veo que no ha hecho mucho efecto, quizás sea poco… Llegamos a un avituallamiento, casi como que llego. Menos mal (pienso), como fruta, algo sólido me refresco y sigo. Pero empiezo a encontrarme mal, ¿qué pasa?, la barriga, nauseas, tengo ganas de vomitar…
¿Te suenan estos pensamientos?, ¿Qué ha pasado?
Recientemente se ha planteado un estudio que habla de la aclimatación al calor para poder rendir a unas condiciones óptimas.
Las adaptaciones a la competición con temperaturas elevadas incluyen:
- Mejora en la sudoración
- Mejora del flujo sanguíneo de la piel
- Disminución de la temperatura corporal
- Reducción de la tensión cardiovascular
- Mejora en el equilibrio de líquidos
- Mejora en la protección celular
Por este motivo se puede rendir mejor si nos hemos aclimatado al calor. La adaptación al calor depende de las magnitudes de las adaptaciones que están determinadas por la intensidad, duración, frecuencia y número de exposiciones al calor, así como las condiciones ambientales (es decir, secas o de calor húmedo). Por ejemplo, antes de hacer una competición de 40km a una temperatura elevada te recomiendo que hayas entrenado al menos tres veces más el volumen, es decir, al menos 120km con temperaturas similares.
Actualmente se está investigando sobre hipertermia (aumento de la temperatura corporal por encima de niveles considerados normales) provoca adaptaciones más rápidas y completas a entrenamientos tradicionales de ejercicio de aclimatación al calor bajo una carga de trabajo constante.
Por otra parte, la aclimatación al calor al aire libre en un entorno natural puede proporcionar adaptaciones más específicas basadas en la exposición directa a las condiciones ambientales y de ejercicio exactas que se encuentran durante la competición.
Esta segunda opción es la opción que recomendamos. Somos lo que entrenamos, por lo que me tengo que adaptar al entrenamiento en temperatura alta para competir con temperaturas elevadas. De este modo las sensaciones anteriormente descritas desaparecerán y podremos competir a nuestro nivel.