Durante los últimos años el uso de suplementación en los deportistas ha tenido un aumento exponencial. En muchas ocasiones los deportistas buscan este tipo de ayuda sin realmente necesitarlos. Y en la mayoría de las ocasiones toman suplementos de manera genérica y no realmente adaptado a sus necesidades tanto deportivas como personales.
En este caso vamos a hablar de los antioxidantes como la vitamina A, C y E. Los antioxidantes ayudan a combatir la acción dañina de los radicales libres. Estos radicales libres son derivados del Oxigeno y se producen por diferentes factores como la contaminación y la respiración. Estos radicales libres han sido relacionados con un buen número de patologías como enfermedades cardiovasculares, enfermedades degenerativas como el Alzheimer, diabetes o Cáncer. ¿Qué hay de cierto en ello?
Cada vez son más las señales de alarma que se están lanzando desde la comunidad científica poniendo en duda los beneficios de estos suplementos y advirtiendo de los riesgos que su uso indiscriminado puede acarrear.
Utilizando un protocolo experimental significativamente diferente Higashida y Col. llegaron exactamente a las conclusiones opuestas, a las que habían llegado otros autores recientemente, que los suplementos de vitaminas antioxidantes no tienen un efecto inhibidor sobre las respuestas adaptativas del músculo esquelético al ejercicio.
La gran mayoría de evidencias experimentales apuntan claramente en contra de esta suplementación. Por lo tanto, los autores confirman sin reservas las conclusiones a las que llegaron en su estudio y expresan que los suplementos antioxidantes son, al menos ineficaces.
Nosotros apostamos por una suplementación adaptada e individualizada al deportista. Debemos tener en cuenta todos los parámetros que lo rodean. Son muy importantes el nivel del deportista, la actividad diaria, la alimentación…